Cada vez se habla más del impacto que las empresas producen en el medioambiente y/o en los derechos humanos, pero todavía son escasas las referencias al impacto diferenciados que la actividad empresarial puede provocar en las mujeres.
Se pueden distinguir aquellos que afectan a las mujeres por su condición de trabajadoras, y aquellos otros que les afectan por su pertenencia a comunidades.
Mujeres trabajadoras
De manera general, las mujeres tienen menos oportunidades de participar en el mercado laboral y tienen también un porcentaje menor de encontrar un trabajo dentro de este mercado.
Las mujeres, en general sufren discriminación en el mercado laboral, muchas mujeres con un trabajo remunerado se encuentran en situaciones de vulnerabilidad por la realización de trabajos mal remunerados, o infravalorados, en donde la brecha salarial existe, haciendo que ganen menos que sus compañeros masculinos por el desempeño de un trabajo de igual valor.
Esto combinado a la todavía mayoritaria presencia femenina en trabajos de cuidados no remunerados, hace que las mujeres trabajen en general más horas combinando ambos trabajos con menores salarios o el algunos casos ninguno.
Por ejemplo, en 2017 un 82% de las mujeres en países en vías de desarrollo se encontraban en una situación de empleo vulnerable.
Mujeres defensoras
Es importante también destacar la situación de vulnerabilidad que enfrentan las defensoras de los derechos humanos y del medio ambiente, tanto por su lucha frente a gobierno y a empresas como por superar roles del género al tomar posiciones de liderazgo para defender los derechos y la tierra.
Por ello sufren algunas formas específicas de violencia de género como la violencia sexual, las amenazas propias y a familiares y la discriminación en sus propias comunidades.
Por su condición de mujer
En muchas comunidades rurales, son las mujeres las responsables de la producción agrícola y de los cuidados de la familia, pero tienen una capacidad limitada de decisión en algún asunto ya sea de su tierra o de asuntos familiares.
Perspectiva de género y mecanismos específicos para abordar el impacto que sufren las mujeres
Para solucionar algunos de estos problemas es fundamental que las iniciativas que se están desarrollando ya sea en el sector privado, en materia de derechos humanos o en legislaciones, incluyan la perspectiva de género, que garanticen su seguridad y sus derechos.
La perspectiva de género no se trata solo de las mujeres en la sociedad. Se trata de la forma en que las mujeres y los hombres interactúan y su capacidad para acceder a recursos y oportunidades, en sus comunidades, dependiendo de si son mujeres u hombres.
Existen diversas desigualdades en la sociedad basadas en la clase, la riqueza, la raza, el género, la discapacidad, la edad u otros factores culturales. Estos factores hacen que la participación equitativa de todos los miembros de la sociedad en los procesos de planificación sea más difícil. Es necesario asegurarse de que todas estas voces sean escuchadas y consideradas.