Aunque a veces se usan como sinónimos, “energías limpias” y “energías renovables” son conceptos diferentes.
¿Cuál es la diferencia?
La energía renovable es aquella que se obtiene a partir de una fuente que no se acaba. Esto puede deberse a que dicha fuente es por naturaleza inagotable, como el sol o el viento.
La energía limpia es aquella que durante su producción contamina menos en comparación con otras, la mayoría de las fuentes de energía renovables son también fuentes de energía limpia.
La energía limpia tiene un impacto mucho menor en el medio ambiente a diferencia de las fuentes de energía convencionales actuales, como la energía proveniente de fuentes fósiles. Crea una cantidad insignificante de dióxido de carbono, y su implementación puede reducir la velocidad del calentamiento global.
Muchas de las energías limpias pueden también ser renovables, pero para que sean limpias necesitan no generar residuos al producirse o utilizarse.
En ambos casos se pueden utilizar para definir a las fuentes de energías que son respetuosas con el medio ambiente, pero no todas tienen que cumplir con los dos aspectos.
El mejor ejemplo de una energía limpia pero no renovable, es el gas natural, y no es que sea 100% limpia (que prácticamente ninguna fuente de energía lo es) pero el tipo de contaminación es muy baja, así que es una energía limpia pero no es una energía renovable.
Las energías limpias y renovables además de no agotarse y de luchar contra el cambio climático, tienen otras grandes ventajas: no significan riesgos para la salud humana, proporcionan independencia energética a los países y cada vez son más competitivas.
¿Por qué se confunden energía renovable y energía limpia?
Por el hecho simple de que existen fuentes de energía que tienen las dos características a la vez, sobre todo la eólica y la solar, las que más escuchamos hoy día. Es por eso que las confundimos en nuestra percepción y que, a veces, empleamos los dos términos como si fueran sinónimos.