Cuando hablamos de fundraising digital, solemos pensar en campañas creativas, en plataformas para recaudar fondos o en estrategias de comunicación que capten la atención. Pero hay algo que define si un donante se queda contigo a largo plazo o desaparece después de una primera aportación: la experiencia que vive en cada paso de su relación con tu organización. A eso se le llama donor journey.
¿Qué es el donor journey?
El donor journey es el recorrido que hace una persona desde que descubre tu organización hasta que se convierte en un aliado comprometido. Es una especie de mapa que te ayuda a visualizar las etapas de relación con el donante y a identificar qué espera en cada momento para que tu organización pueda responder de manera adecuada.
Imagina el proceso como un viaje con varias paradas:
Conocimiento: el momento en el que alguien escucha por primera vez de tu organización, ya sea en redes sociales, en una noticia o porque un amigo se lo contó.
Interés: cuando esa persona empieza a investigar más, entra a tu web, sigue tus publicaciones y quiere saber cómo puede aportar.
Acción o conversión: la primera donación, el registro como voluntario o la decisión de asistir a un evento.
Fidelización: después de dar, busca sentirse parte, recibir actualizaciones, ver el impacto y entender que su apoyo transforma vidas.
Embajadores: el punto más alto del viaje, cuando el donante ya no solo da dinero, sino que recomienda tu organización, invita a otros y se convierte en tu voz hacia afuera.
¿Por qué es importante mapearlo?
Porque en cada etapa hay oportunidades y también puntos de fricción. Mapear el donor journey te permite ver con claridad ambos aspectos:
Puntos de fricción, son esos momentos en los que el donante puede abandonar el proceso, por ejemplo, un sitio web confuso con un formulario de donación demasiado largo, la ausencia de un mensaje de agradecimiento o la falta de seguimiento después de una primera donación. Estos obstáculos, aunque parezcan pequeños, pueden romper la relación y hacer que una persona no regrese.
Etapas de oportunidad, son instantes en los que puedes generar una conexión más fuerte con tu donante, por ejemplo, alguien que acaba de donar espera recibir un mensaje que le haga sentir parte de algo valioso. Un voluntario que comparte fotos de una actividad puede convertirse en un embajador si tu organización le da visibilidad, cada etapa es una oportunidad para demostrar transparencia, cercanía y el impacto real de la causa.
Además, mapearlo te ayuda a organizar mejor tus esfuerzos, saber dónde están las oportunidades y fricciones evita que dediques toda tu energía a captar nuevos donantes mientras descuidas a quienes ya confían en ti. También te permitirá detectar en qué fase se pierden más personas y hacer ajustes, tal vez solo basta con simplificar el proceso de donación, mejorar la comunicación post-donación o diseñar programas de fidelización más atractivos.
En otras palabras, el donor journey no es solo un esquema, es una brújula que te muestra dónde reforzar la experiencia y dónde eliminar barreras para construir relaciones duraderas.
Cómo empezar a trabajar el donor journey en tu organización
No necesitas una plataforma sofisticada ni un presupuesto enorme, lo más importante es comenzar con pasos simples y consistentes:
Pon al donante en el centro. Pregúntate qué espera en cada etapa de su relación contigo, por ejemplo, cuando alguien recién te conoce, busca claridad sobre quién eres y qué haces, entonces en la etapa de En la fase de acción, espera procesos fáciles y seguros para donar. En la fidelización, quiere ver impacto real.
Mapea los puntos de contacto. Haz una lista de todos los lugares donde interactúas con los donantes, redes sociales, boletines, sitio web, llamadas, eventos presenciales. Así verás dónde inician su viaje y qué canales son más efectivos para guiarlos a la siguiente etapa.
Crea experiencias coherentes. Si en redes sociales tu tono es cercano, no mandes un correo automático sin personalidad, mantén la misma voz y estilo en todos tus mensajes y asegúrate de que la experiencia fluya incluso detalles como un “gracias personalizado” después de donar pueden marcar la diferencia.
Diseña acciones específicas para cada etapa. Pregúntate, ¿qué necesita alguien que recién me descubre? ¿Qué motiva a un donante a repetir su aporte? esto te permitirá planear contenidos y mensajes personalizados, un video introductorio para la etapa de conocimiento, un formulario sencillo en la etapa de acción, un boletín de impacto en la fase de fidelización.
Mide y ajusta. Observa dónde las personas avanzan y dónde abandonan el viaje, si descubres que muchas personas visitan tu sitio web pero pocas donan, probablemente necesites simplificar el proceso. Si los donantes únicos no se convierten en recurrentes, tal vez falte comunicación post-donación.
Escucha y aprende de tu comunidad. Pide retroalimentación con encuestas cortas o conversaciones informales con tus voluntarios y donantes. Ellos te dirán con claridad qué funciona y qué no, esa información es oro para afinar el donor journey.
Una invitación a verlo distinto
Pensar en el donor journey es pensar en la experiencia completa de tus donantes, no es teoría, es la práctica diaria de cómo se relacionan contigo y de qué manera perciben el valor de apoyar tu organización.
Cada etapa del recorrido es una oportunidad para acompañarlos, darles claridad y demostrarles que su apoyo genera un cambio real. No se trata de tener procesos perfectos, sino de ser coherentes y constantes en la forma en que te comunicas, agradeces y das seguimiento.
Cuando entiendes y gestionas este viaje, la recaudación mejora, pero lo más importante es que la confianza se fortalece, y con confianza, se abren puertas hacia relaciones duraderas que van más allá de una aportación económica, personas que se convierten en voceros, aliados y parte viva de tu comunidad.