Por Nora González
En el contexto actual, con todas las consecuencias que ha traído la pandemia, la situación económica de las organizaciones civiles se ha visto afectada. Especialmente aquellas que no cuentan con un alto presupuesto o no tienen del todo definidas sus áreas y no existe un departamento específico de Recaudación de Fondos.
Realmente nos enfrentamos a un reto, es verdad que en medio de tantas malas noticias, tenemos que ser positivos, pero también activos. Es la mejor ocasión para ser creativos, reinventarnos y además de “preocuparnos, ocuparnos”
¡Manos a la Obra! Demos los primeros pasos:
1. Hacer una lista de quiénes pueden ser nuestros donantes potenciales: familiares, amigos, empresarios, universidades, escuelas, académicos, artistas, influencers y otras organizaciones.
Todos aquellos que de alguna manera se identifiquen con nuestro objeto social. Así podremos marcar una ruta y sensibilizar para lograr una donación más eficaz y no buscar de manera general y aleatoria un apoyo. Por ejemplo, si nuestra causa es la infancia; una empresa de juguetes o de ropa infantil puede ser un posible aliado. Las alianzas logran mayor alcance y lo mejor de todo es que ¡Funcionan!
2. Es necesario saber y tener claro los costos, tanto de nuestros gastos como de nuestros servicios (programas y proyectos). Se puede causar una impresión muy distinta cuando se solicita porque “no nos alcanza” a cuando se llega con una propuesta específica: Por ejemplo: “mantener a un niño (a) en la casa hogar nos cuesta “x” al mes. Con ello, se abren aún más las posibilidades para que la gente done.
3. Construir nuestra propia base social: todas aquellas que conocen la causa y nuestra labor, son posibles donantes. Dar el paso para involucrarlos e invitarlos a ser socios; estudiando la mejor manera de cooperar con la entidad. Si nuestra organización se dedica a reconstrucción tras desastres naturales, despachos y/o colegios de arquitectos e ingenieros, pueden significar una posible fuente de donación.
4. Donaciones en especie: a veces creemos que no es necesario, pero es una opción muy práctica y eficaz. Y puede facilitar la acción de donar, porque es algo concreto. Si se adapta a la naturaleza de la organización, puede ser una excelente opción. Si requerimos de algo impreso, la donación de parte de una imprenta, es una posible elección.
5. Aprovecha para tener todos los papeles y documentación en regla o buscar aquellos que nos hacen falta. En múltiples ocasiones se pierden fondos y ayudas institucionales, porque no se cumplen los requisitos.
Si se tiene toda la documentación, es bueno buscar a través de páginas y consultorías especializadas en la publicación de convocatorias nacionales e internacionales; así como fondos públicos y privados a los que se puede acceder. Una recomendación muy práctica es diseñar una tabla de Excel con fechas, tipo de convocatorias y requisitos.
6. Promover el voluntariado: Las donaciones no siempre tienen por qué ser monetarias. Se puede hacer un programa de voluntariado, en donde se describan los perfiles que la organización necesita. Cada vez hay más gente dispuesta a ayudar y ha crecido el número de organizaciones que lanzó el voluntariado en línea a partir de la pandemia.
7. Tomar la iniciativa: Puede ser a través de una carta. Una vez que tengamos identificados nuestros posibles aliados, hay qué presentarnos. El primer contacto puede ser un escrito por medio del correo electrónico, donde de manera breve y clara, nos presentemos, digamos qué hacemos y por qué les necesitamos.
8. La transparencia y el agradecimiento: puntos relevantes hacia nuestros donantes. Crear confianza a partir de una donación es fundamental para que ésta se repita. Mostrar gratitud por el apoyo a través de una nota de agradecimiento (se pueden diseñar de forma digital) es fidelizar al donante.
También un aspecto muy importante es compartir en qué se han usado los recursos y en la medida de lo posible, mantenerle informado sobre ello. Esto crea una relación de confianza y puede garantizar en gran medida que la donación no sólo se repita, sino que también se multiplique por la confianza que se inspira al apoyar una determinada causa social.
Por Nora González