En las últimas décadas ha cobrado fuerza la presencia femenina que cada 5 de septiembre, desde hace 35 años, ya que se conmemora suceso histórico que enaltece el valor, la dignidad y la conciencia de la mujer indígena, uno de los sectores menos favorecidos de la sociedad.
Se recuerda a Bartolina Sisa, heroína aymara que ofreció su vida a la lucha contra la dominación española y murió a manos del ejército realista, el 5 de septiembre de 1782, torturada, ahorcada y descuartizada, y luego su cabeza fue exhibida y al igual que sus extremidades en los sitios donde luchó, para escarmiento de los pueblos originarios opuestos a la colonización.
En condena de tal brutal asesinato las organizaciones sociales le rinden un homenaje en el día 5 de septiembre y se realiza un emotivo reconocimiento a una de las mujeres indígenas que dieron su vida por la lucha de la libertad, llegando a entregar su vida por el pueblo.
Hoy son las mujeres de los pueblos originarios de todo el mundo las que reclaman su derecho a participar y hacer aportaciones a los planes nacionales de evaluación del progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La población global femenina indígena se cifra en 186 millones de personas, la mitad de los indígenas del mundo, y de ellas 26.5 millones viven en América Latina, y 6.7 millones en México, es decir, más del 50 por ciento de las indígenas de nuestro país, y conforman el 10.4 por ciento del total de las mexicanas, según cifras citadas por el portal www.alainet.org
Sin embargo, las coloca en condiciones de exclusión, pobreza y discriminación, desnutrición, alta mortalidad, analfabetismo, mayor desigualdad y escaso acceso a los servicios de salud, además del grave problema de un limitado acceso a la tierra y los recursos naturales.
Desde 2008, la UNESCO incluye la igualdad de género como una de las dos prioridades globales de la organización, que se ejecuta en acciones centradas en los resultados tanto en la Secretaría como entre los Estados miembros y socios.
Las mujeres indígenas juegan un papel muy importante en la sobrevivencia de los pueblos indígenas ya que gracias a ellas perviven las costumbres propias, la transmisión de la cultura a sus descendientes así como su lucha constante e insistente contra la exclusión étnico-cultural. Son el pilar de la familia por la que entregan toda su vida y por la que su dedicación diariamente es absoluta. Se encarga de cuidar a sus hijos y enseñarle toda la cultura propias que más tarde ellos enseñarán a los suyos.
Fuente: Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales – SEMARNAT | 5 sep 2018 | Modificado 6 de Septiembre 2018