La economía conductual es una rama de la economía que se centra en el comportamiento humano y cómo este influye en la toma de decisiones económicas. Esta perspectiva ha demostrado ser útil en diversos ámbitos, incluyendo las organizaciones sin fines de lucro (OSC), quienes pueden utilizarla para visibilizar sus causas y procurar fondos.
Qué es la economía conductual
La economía conductual se basa en la idea de que las personas no siempre toman decisiones económicas de manera racional, sino que están influenciadas por una variedad de factores psicológicos, sociales y emocionales. Por ejemplo, una persona puede donar a una organización sin fines de lucro no solo porque cree en su causa, sino también porque se siente bien al hacerlo, o porque quiere sentirse parte de una comunidad.
La economía conductual se originó a partir de la crítica de algunos economistas a la teoría económica clásica, que se basaba en la idea de que los individuos siempre toman decisiones racionales y maximizan su bienestar económico. En cambio, los economistas conductuales argumentan que las personas a menudo toman decisiones irracionales o subóptimas debido a la complejidad del mundo real y la falta de información perfecta.
La economía conductual se basa en la teoría psicológica del comportamiento humano y utiliza la metodología experimental para estudiar cómo las personas toman decisiones económicas en situaciones específicas. Esto ha llevado a la identificación de una serie de «sesgos cognitivos», que son errores de pensamiento comunes que pueden influir en la toma de decisiones económicas.
La economía conductual ha sido aplicada en diversas áreas, incluyendo la toma de decisiones empresariales, la política pública, la salud, la educación y la filantropía. En el contexto de las OSC, la economía conductual se puede utilizar para comprender cómo los donantes toman decisiones de donación y cómo las organizaciones pueden diseñar estrategias para atraer y retener donantes.
Algunos de los principios más relevantes son:
El efecto ancla: Las personas tienden a tomar decisiones en función de la primera información que reciben. Las OSC pueden utilizar este efecto para fijar una cifra alta como meta de donación, lo que puede motivar a los donantes a donar más.
La aversión a la pérdida: Las personas valoran más lo que tienen que lo que pueden ganar. Las OSC pueden utilizar este principio para hacer que los donantes se sientan como si estuvieran perdiendo algo si no donan, por ejemplo, presentando una oportunidad limitada para donar.
El sesgo de confirmación: Las personas tienden a buscar y valorar la información que confirma sus creencias preexistentes. Las OSC pueden utilizar este principio para enfatizar la importancia de su causa y presentar información que respalde sus objetivos.
La reciprocidad: Las personas tienden a responder de manera positiva a quienes les han hecho un favor o les han dado algo. Las OSC pueden utilizar este principio para ofrecer recompensas a los donantes, como regalos simbólicos o reconocimiento público.
La empatía: Las personas tienden a sentirse más motivadas a ayudar cuando pueden conectar emocionalmente con una causa. Las OSC pueden utilizar este principio para contar historias conmovedoras sobre personas o comunidades que se benefician de su trabajo.
Conclusión
La economía conductual ofrece herramientas valiosas para que las OSC puedan comprender cómo los donantes toman sus decisiones, y adaptar sus estrategias de recaudación de fondos para mejorar sus resultados. Al aplicar estos principios de manera ética y responsable, las OSC pueden visibilizar su causa y asegurar un mayor éxito en su labor social.